El resentimiento y el rencor conducen al odio,
éste a la venganza y a la violencia..
No hay que alimentar nunca estos egos tan destructivos,
porque al final quien acaba enfermando es la persona que los tiene.
Aprendemos a perdonar para liberarnos de estos sentimientos
y así sentiremos más paz, una mejora del estado emocional,
mental, físico y espiritual.
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